Depurar las aguas residuales provenientes tanto de pequeñas poblaciones como de la industria agrícola, ganadera, vinícola, textil o minera, mediante un sistema de humedales artificiales que sea sostenible tanto económica como ambientalmente. Este es el objetivo fundamental del proyecto de Francisco Calvo Faus, ganador de la III Edición de los Premios IIAMA-UPV (Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universitat Politècnica de València).

El estudio «Aplicación de humedales artificiales mediante filtros de macrófitas en flotación para la depuración de aguas residuales en pequeñas poblaciones», dirigido por el investigador del IIAMA y profesor de la UPV Miguel Martín Monerris, busca dar una solución al problema de la depuración de aguas residuales en pequeñas localidades que no pueden disponer de un sistema de tratamiento convencional por su elevado coste, tal y como explica el autor del proyecto, Francisco Calvo.

El estudio busca dar una solución al problema de la depuración en pequeñas localidades que no pueden disponer de un sistema de tratamiento convencional por su elevado coste

“Los sistemas convencionales suponen una inversión muy grande para pequeñas poblaciones que, en ocasiones, no pueden permitírselo. Por el contrario, la propuesta que hemos desarrollado genera unos gastos iniciales y de mantenimiento muy bajos, lo que permite a los pequeños municipios acceder al tratamiento de aguas residuales, tanto de uso doméstico como industrial».

El método desarrollado – en contraposición con el proceso de tratamiento convencional de aguas residuales, muchas veces intensivo respecto al uso de energía y químicos- presenta similitudes con los procesos biológicos que se dan en la naturaleza y en los filtros por goteo. Su innovación reside en el uso de plantas macrófitas en flotación para el proceso de depuración en los humedales artificiales, que actúan como filtros verdes.

Según señala Francisco Calvo, estas especies de carácter emergente “se transforman en un sistema flotante al crear un tapiz denso de raíces que obliga a las corrientes de agua a circular por la masa de sus sistemas radiculares, lo que, poco a poco, va degradando la materia orgánica”.

En este sentido, asevera que la fotosíntesis de las plantas sintetiza la materia orgánica y filtra otra serie de contaminantes, que hacen que el sistema “sea autosuficiente energéticamente” al no tener costes de mantenimiento porque funciona de manera biológica.

Por todo ello, afirma que el futuro pasa por este tipo de tratamientos. De hecho, recuerda los últimos requerimientos realizados desde la Comisión Europea a España, donde le exige “una urgente actuación en la limpieza de los acuíferos”, ya que alrededor del 50% se encuentran contaminados por el vertido de aguas residuales.

Su innovación reside en el uso de plantas macrófitas en flotación para el proceso de depuración en los humedales artificiales, que actúan como filtros verdes

El sistema en funcionamiento en Socovos (Albacete)
El sistema se encuentra actualmente en funcionamiento en la localidad albaceteña de Socovos. El origen del proyecto –desarrollado por la empresa Projar- surge a raíz de la notificación de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) a que una pedanía del municipio y el camping, solucionen el problema de vertidos de las aguas residuales.

Ambos emplazamientos, alejados de la depuradora municipal, acuden a la empresa Projar– donde trabajaba Francisco Calvo- para buscar una solución, ya que la propia entidad había construido en sus instalaciones una planta piloto para depurar sus propias aguas residuales.

Tras meses de duro trabajo en su diseño, los resultados alcanzados han sido un éxito resalta el investigador valenciano. “En sus inicios se obtuvo un rendimiento de 5m² por habitante, mientras que en la actualidad logra alcanzar menos de 1m² por habitante. La experiencia de Socovos debe ser el camino, no podemos continuar contaminando nuestras aguas. Se ha demostrado que este tipo de sistema es una alternativa real por su viabilidad y sostenibilidad a nivel ambiental y económica”, concluye Francisco Calvo.