María Diana Armero es estudiante del “Máster Universitario en Tecnología Energética para el Desarrollo Sostenible” y ha disfrutado de la beca de formación de la Cátedra de Cambio Climático, para desarrollar la investigación “Evaluación de la viabilidad y potencial energético del aprovechamiento de residuos orgánicos agroindustriales forestales y municipales en la Comunitat Valenciana”, dirigida por Elías José Hurtado y David Alfonso (del Instituto de Ingeniería Eléctrica, IIE, UPV).

Video de la entrevista:
  • ¿Cuáles han sido los objetivos principales de la investigación desarrollada?

El objetivo del estudio ha sido definir una metodología de evaluación de la cantidad de residuos orgánicos, para su potencial aprovechamiento energético en la Comunitat Valenciana.

Para ello se han estudiado los residuos generados en distintas industrias y procesos, se ha identificado cómo están distribuidos sobre el territorio y finalmente se ha estimado cuánta energía se podría extraer de ellos.

 

  • ¿Cuál ha sido el trabajo desarrollado?

En primer lugar, hemos caracterizado aquellos residuos que nos interesaban, que consideramos potencialmente valorizables y que no habían sido estudiados en proyectos previos.

Estos residuos son:

  • Residuos de plantas de gestión RSU.
  • Residuos de plantas EDAR.
  • Residuos agroindustriales.
  • Residuos ganaderos.
  • Residuos forestales.

“Se han desarrollado metodologías para cada tipo de residuo con el objetivo de determinar cuánto se genera, dónde se genera y cuál es su potencial energético”

El trabajo concreto ha sido el de desarrollar una metodología distinta para cada uno de ellos con el objetivo de determinar, como he comentado previamente, cuánto se genera, dónde se genera y cuál es su potencial energético. Las metodologías eran distintas para cada tipo de residuo ya que los datos, resultados o estudios previos que encontrábamos en cada sector, eran independientes.

Para ello, hemos buscado información indirecta en la mayoría de los casos, utilizando recursos como son: estadísticas, censos agrarios, anuarios de empresa, etc… Asimismo se han utilizado como base, datos de proyectos de años anteriores de PROBIOGAS y un proyecto de BIODER titulado ‘Segmentación de la demanda y estudio del potencial de la biomas como recurso energético distribuido renovable para aplicaciones térmicas, cogeneración y biocombustibles’, publicado en 2006.

 

  • ¿Qué resultados se han obtenido?

En lo que respecta a los resultados obtenidos con el estudio, en la rama de los residuos de plantas de gestión RSUM, se estima una producción de 1,14 millones de toneladas, con un potencial energético en TEP (toneladas equivalentes de petróleo) de 400 mil. En las plantas EDAR, la producción de residuo valorizable, es de 162.000 toneladas, de las cuales la energía extraíble ronda las 162.000 TEP.

Por otro lado, se encuentran los residuos agroindustriales. Este grupo engloba un número de subcategorías muy alto. Dentro de ellos están los residuos de origen animal y los de origen vegetal. El primer grupo está compuesto por los residuos cárnicos, lácteos, pesqueros y lodos, se han calculado un total de 50.000 toneladas de residuo producido, siendo la energía aprovechable de 20.000 TEP, el segundo grupo lo integran los residuos hortofrutícolas no conformes, los subproductos de transformación y los lodos, este subgrupo genera un total de 280.000 toneladas de residuo, siendo su potencial energético de 87.000 TEP.

María Diana durante la presentación del trabajo desarrollado en la beca el pasado 3 de noviembre

 

En cuanto a los residuos ganaderos se han utilizado datos de un proyecto anterior de ‘PROBIOGAS’, resultando las cantidades en toneladas de 454.000 , unas 103.200 TEP. Por último, dentro de los residuos forestales, se han estudiado los residuos de monte. Siendo la producción de estos de 21.300 toneladas, y su potencial energético de 8.700 TEP.

“Si se suma el potencial energético total de las biomasas estudiadas en este proyecto, se podría llegar a duplicar la cantidad de energía primaria de estas ‘otras renovables’ en la Comunitat Valenciana”

 

  • ¿Cuál ha sido la principal conclusión alcanzada?

Según el ‘Portal Estadístico de la Generalitat Valenciana, 2017, en 2017 el consumo de energía primaria fue de 10.662 miles de TEP, de las cuales  737 miles de TEP procedían de las ‘otras renovables’ que engloban la biomasa, fotovoltaica, aerogeneración, etc..

Si se suma el potencial energético total de las biomasas estudiadas en este proyecto se podría llegar a duplicar la cantidad de energía primaria de estas ‘otras renovables’ en la Comunidad Valenciana.

 

  • ¿Cómo contribuye la investigación desarrollada a la mitigación y adaptación al cambio climático?

Dos tercios de las emisiones de “Gases de Efecto Invernadero” a nivel mundial tienen un origen energético, por lo tanto este sector debe formar parte, sí o también, de la “Estrategia frente al Cambio Climático”. La gestión de la energía constituye una herramienta estratégica contra el cambio climático.

“Tenemos que aumentar el porcentaje de energía renovable para conseguir cambiar el escenario energético a uno más sostenible, democrático, distribuido y descarbonizado que contribuya a mitigar el Cambio Climático”.

En 2018 en España la energía renovable representó el 13,9% del total de energía primaria, siendo su nivel de participación insuficiente en el mix energético. Tenemos que aumentar este porcentaje para conseguir cambiar el escenario energético a uno más sostenible, democrático, distribuido y descarbonizado que contribuya a mitigar el Cambio Climático.

En este punto, es donde entra en juego el proyecto que hemos estado desarrollando: la biomasa es un recurso renovable, abundante y distribuido que encontramos en España, y cuyo uso como fuente de energía puede contribuir a crear este nuevo escenario energético. Si bien el proyecto que hemos realizado ha sido para la Comunitat Valenciana, toda la metodología es extensible a todo el territorio Español.

“La Universidad es un actor estratégico y Cátedras como la de Cambio Climático, son necesarias para desarrollar proyectos como el que hemos desarrollado”

 

  • Personalmente, ¿qué has aprendido con la realización de la beca de prácticas?

Personalmente me he iniciado en el campo de la investigación y me ha gustado, el hecho de tener que plantear hipótesis y desarrollar un método para que, partiendo de una serie de datos o informaciones iniciales, consigas deducir unas conclusiones o unos resultados finales, me ha parecido divertido.

También, entrando más en materia del proyecto, la Comunitat Valenciana se enclava en un territorio muy vulnerable al cambio climático. Entre las evidencias del cambio climático y sus efectos encontramos: aumento general de las temperaturas, disminución de las precipitaciones, aridificación del territorio, aumento del nivel del mar, aparición de nuevas especies invasoras y de nuevas enfermedades y aumento de la intensidad de los eventos extremos como olas de calor. Por lo tanto, este tipo de proyectos son más que necesarios.

Por último, considero que la Universidad es un actor estratégico y potente en esta ‘lucha’ contra el cambio climático y Cátedras como la de Cambio Climático, son necesarias para desarrollar proyectos de esta índole. Por ello, veo más lógico que “se destinen más esfuerzos en ir a las causas del Cambio Climático que en poner parches después a los agujeros”.